Los suelos exteriores desempeñan un papel esencial, no solo por su funcionalidad, sino también como elementos centrales en los espacios al aire libre donde se crean recuerdos y disfrutamos de momentos con amigos y familia. Ya sea en un balcón, un jardín, un patio, una piscina o una terraza panorámica, el suelo exterior adecuado no solo realza la belleza de tu espacio, sino que también garantiza su durabilidad y funcionalidad. Elegir el material adecuado para el suelo exterior es crucial para el éxito de tu proyecto.

¿Cuál es el mejor suelo exterior?

Existen varias opciones de materiales para suelos exteriores que se destacan debido a sus propiedades y estética, como el suelo exterior de composite, suelos exteriores cerámicos, piedra natural, hormigón y suelos exteriores de madera. Cada suelo exterior presenta sus ventajas y desventajas, por lo que a continuación exploraremos las opciones más comunes.

Suelo Exterior de Composite

El suelo exterior de composite es un material que, normalmente, combina fibras de madera con polímeros (plásticos), proporcionando la estética de la madera natural, pero con mayor durabilidad y mantenimiento reducido.

¿Cuál es el precio por m²?

Cuando es de alta calidad, el suelo exterior de composite es considerado una excelente opción para pavimentos exteriores, ofreciendo una combinación de durabilidad, estética atractiva y mantenimiento reducido, lo que lo convierte en ideal para el uso exterior, especialmente debido a los siguientes factores:

  • Alta durabilidad y longevidad: su resistencia a la descomposición, putrefacción, decoloración y daños causados por insectos, mantiene su apariencia e integridad estructural durante muchos años, sin necesidad de mantenimiento o reemplazo frecuente;
  • Bajo mantenimiento: una de las principales ventajas del suelo exterior de composite es su baja necesidad de mantenimiento. A diferencia de la madera natural, no requiere tratamientos con selladores o pinturas para mantener su apariencia o resistencia a los elementos. La limpieza regular con agua y detergente neutro es generalmente suficiente;
  • Máxima seguridad y confort: es un suelo extremadamente antideslizante, incluso cuando está mojado, y su superficie está libre de nudos y astillas, proporcionando más comodidad para caminar descalzo. Permite el drenaje del agua debajo del suelo, eliminando así la posibilidad de grandes acumulaciones de agua;
  • Alta resistencia a los elementos climáticos y atmosféricos: incluyendo lluvia, nieve, calor y exposición a los rayos UV;
  • Diseño elegante e intemporal: ofrece una amplia gama de colores, texturas y acabados que pueden imitar la apariencia de la madera natural;
  • Una alternativa sostenible: para quienes se preocupan por el impacto ambiental, el suelo exterior de composite es una alternativa más sostenible debido a su durabilidad, facilidad de mantenimiento y reciclabilidad.

A pesar de poder presentar un costo inicial más elevado, presenta una buena relación costo-beneficio a largo plazo, debido a su durabilidad y bajos costos de mantenimiento.

Descubre más sobre el suelo exterior de composite.

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Suelo Exterior Cerámico

Este tipo de suelo exterior cerámico ofrece una amplia variedad de diseños y acabados que pueden imitar materiales como la piedra natural y la madera, o presentar un estilo totalmente único y distintivo.

A pesar de presentar una elevada resistencia a la abrasión y estabilidad dimensional, estos suelos exteriores cerámicos pueden agrietarse o romperse con cierta facilidad, especialmente debido a grandes variaciones de temperatura o a la caída de objetos.

Son fáciles de limpiar y resistentes a las manchas; sin embargo, las juntas en los suelos cerámicos pegados pueden requerir una atención especial, ya que tienden a acumular residuos y a tener un «mal aspecto».

Pueden volverse bastante resbaladizos cuando están mojados, especialmente después de algún tiempo de uso, y en climas cálidos, la cerámica tiende a absorber más calor, haciéndola incómoda para caminar descalzo.

La instalación de este tipo de suelo exterior cerámico requiere una losa de hormigón sólida y nivelada, particularmente en el caso de cerámica pegada. En situaciones que necesiten acceso a la parte inferior del suelo cerámico, será necesario romper piezas y rehacer el suelo.

Suelo Exterior de Piedra Natural

La piedra natural, como el granito, el mármol, la laja o la pizarra, es muy valorada por su durabilidad excepcional y estética única. Al ser un material natural, cada pieza es única, presentando una variedad de texturas, patrones y colores distintos.

Sin embargo, la piedra natural presenta un costo elevado, tanto de adquisición como de instalación, y requiere mantenimiento regular, incluyendo sellados para proteger contra manchas y el crecimiento de musgo.

Aunque es un material robusto, la piedra natural es susceptible a daños como grietas o roturas cuando se somete a impactos fuertes o a condiciones climáticas extremas. Además, en climas cálidos, algunas piedras pueden acumular calor, haciéndolas incómodas para caminar descalzo.

Suelo Exterior de Hormigón

El suelo exterior de hormigón es una opción común para pavimentos exteriores debido a su robustez y flexibilidad de diseño. Este material puede ser moldeado y texturizado durante el proceso de curado, permitiendo una amplia gama de estilos que pueden imitar piedra natural, ladrillo e incluso madera.

Los suelos exteriores de hormigón son particularmente valorados por su durabilidad y bajo mantenimiento, además de ser una de las opciones más económicas disponibles en el mercado. Sin embargo, el suelo exterior de hormigón puede ser susceptible a grietas debido a los movimientos del suelo y su superficie dura puede ser incómoda para caminar descalzo, especialmente en climas muy cálidos, debido a su tendencia a retener calor.

Suelo Exterior de Madera

Los suelos exteriores de madera, especialmente las tarimas de madera, son muy valorados por su belleza natural y sus propiedades antideslizantes, características intrínsecas de este material.

Cuando se cuida adecuadamente, el suelo exterior de madera puede tener una larga durabilidad; sin embargo, para garantizar su apariencia y resistencia al clima a lo largo de los años, se requiere un mantenimiento regular, que puede incluir procesos como lijar, pintar, barnizar o sellar.

Esta necesidad constante de cuidados puede representar una desventaja, exigiendo una inversión regular de tiempo y recursos financieros.

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